martes, 8 de abril de 2008

CON AMOR ETERNO. TU PADRE CELESTIAL.

Así de simple, Te Amo porque soy tu padre.

Tú estas en el mundo, llevas tu vida, tomas tus decisiones y procuras descubrir qué es lo mejor y cómo debes obrar, cómo vivir, cómo sobrevivir. Es una lucha. Yo lo sé y lo entiendo.
Yo conozco lo más íntimo de tu espíritu, independientemente de lo que hayas hecho o dejado de hacer.
¡Te Quiero mucho! en tu interior mora un espíritu eterno.

Tu andas por el mundo, llevando tu vida lo mejor que tu puedes, caminas y caminas viendo tantas cosas tomando qué es lo mejor en este mundo adverso, y así tomas tus propias decisiones. Es una lucha constante la que tienes. Yo lo sé y lo único que quiero es ser tu amigo en el que puedes contar. La vida entera es una lucha. Pero quiero decirte algo, puede hacérsete más fácil si estableces una conexión, una relación espiritual conmigo. Yo siempre he esperado que me hables, he esperado ese momento donde me necesites y yo pueda bendecirte grandemente, es mi regalo para ti.

Pasaran los años te irás envejeciendo y llegará un día y morirás; pero no tu espíritu, el cual nunca perecerá Tu verdadero ser, que ahora mismo esta preso en tu cuerpo, vivirá eternamente. Y quiero que estés conmigo en el paraíso.

Por eso te digo no merece la pena afanarse por lo material, por lo corporal, lo que te ofrece el mundo, ya que tarde o temprano las dejarás atrás. Te digo lo que realmente importa son los valores espirituales: el amor, la bondad, la misericordia, la comprensión, la generosidad, el perdón. Eso es lo que te enriquece y te fortalece, lo que te da fortaleza de espíritu.

Así te digo que cuando llegue el momento de despojarte de la vestidura de la carne, lo único que contará será tu fortaleza espiritual. Por tanto, haz el bien. Manifiesta amor. Da amor, ama a tu familia, a tus amistades, a tu prójimo a todos los que se crucen en tu camino. Sé perdonador, amable y compasivo. Al conducirte así, al manifestar amor, me reflejas a Mí, pues yo Dios, soy precisamente Amor y te quiero mucho. Deseo pasar la eternidad contigo.
Cuando tu vida toque a su fin, cuando llegues al final del camino te encontrarás en una puerta para abrirla y entrar a Mi casa, en la cual reina el amor, te hará falta una llave: pero puedes conseguirla sin esfuerzo alguno.
Basta que extiendas las manos en este momento, y Yo te la daré. Esa llave es mi Hijo Jesús. Te la presento diciéndote; Es para ti, porque te amo.
Es como si te ofreciera la llave de la bóveda en que guardo Mis tesoros. Los pongo a tu disposición porque te quiero mucho. Con la llave podrás abrir la bóveda, y descubrirás que está llena de riquezas para ti.
Toma pues la llave que te permitirá vivir conmigo por la eternidad. No tienes más que decir: Si, Dios, deseo tener la llave de la vida. Quiero a tu hijo Jesús, la llave de la cámara del tesoro. La tomo, la acepto.
Y será tuya para siempre.
Recuerda que te Amo. Con esta llave tendrás acceso a la herencia que quiero que disfruten Mis hijos. Te abrirá Mi caja fuerte y la puerta de la eternidad. Para ti es.
Acepta a Jesús.
Con amor eterno
Tu Padre celestial.

DIOS

Doris de Mazariegos.
Jóvenes
Iglesia Fortaleza de Zión
Ministerios Llamada Final

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